Hay dos
grandes variedades del castellano en España: las variedades septentrionales y
las variedades meridionales.
Variedades septentrionales del castellano
Se
caracterizan por su tendencia conservadora y su estabilidad fonética. Están
próximos al castellano estándar, es decir, el castellano normativo, y se
utilizan con bastante homogeneidad en la zona norte y centro
peninsular, con un límite impreciso y, en algunos casos variable, que se
podía trazar aproximadamente por Salamanca, Ávila, Madrid, Guadalajara, Cuenca
y el norte de Albacete. Toledo, Ciudad Real y Albacete son áreas más
innovadoras, de transición entre el norte y el sur, aproximadas, según las zonas,
a las hablas meridionales.
Principales rasgos de las variedades septentrionales
§ Diferenciación fónica entre s y
z: casa / caza.
§ En algunas zonas, pronunciación interdental de la -d en posición
final y de la c en el grupo -ct-: Madriz, pazto.
§ Pronunciación como s- de la x-
que precede a una consonante: esperiencia; o en
posición intervocálica en el habla descuidada: tasi.
§ Pérdida de la -d- intervocálica
en la terminación -ado: aprobao.
§ Extensión del yeísmo: desarroyo.
§ Generalización del leísmo y
presencia frecuente del laísmo.
§ Distinción en el uso del
pretérito perfecto simple y del pretérito perfecto compuesto.
§ Uso frecuente en el habla
descuidada de la 2º persona del singular del pretérito perfecto simple con
desinencia -s: vistes por viste.
§ Uso frecuente del infinitivo en
lugar del imperativo: Callaros por callaos.
§ Aspiración de la -s implosiva,
sobre todo en zonas de Castilla y León: ehque (“es
que”).
§ Duplicación de preposiciones: voy a
por el pan.
Variedades meridionales del castellano
Son
las variedades lingüísticas que surgieron de la diferente asimilación del
castellano en cada uno de los territorios de la mitad sur peninsular, que
Castilla iba incorporando poco a poco, a sus dominios.
Estas
variedades, nacidas en torno al siglo XVI, proceden, por tanto, del
castellano. Son dialectos suyos en sentido estricto. Se caracterizan por su
carácter innovador, sobre todo a nivel fónico. Son el andaluz, el extremeño, el
murciano y el canario.
El andaluz
Es el dialecto del castellano con mayor número de hablantes. Aunque el castellano llegó a Andalucía en el siglo XIII, no se consolidó su uso hasta el final de la Reconquista (1492), por lo que recibió más influencias del árabe que el castellano normativo.
La gran extensión
de territorio en el que se habla este dialecto hace posible que existan grandes
diferencias entre unas zonas y otras o que haya territorios con más rasgos
dialectales que otros. Las dos áreas principales son el andaluz occidental y el
andaluz oriental, con rasgos diferentes a causa de la larga reconquista de
estas tierras y de la procedencia diversa de los repobladores (castellanos y
leoneses en la primera, murcianos y aragoneses en la segunda).
Entre los rasgos
más sobresalientes de esta variedad lingüística cabe destacar los siguientes:
§ Seseo, es decir, pronunciación de /s/ en lugar de z o c: asertijo
(acertijo).
§ Ceceo, consistente en la pronunciación de z donde debería
pronunciarse s: zuave (suave).
§ Yeísmo, que supone la pérdida de la distinción entre /ll/ e /y/,
pronunciadas siempre como /y/: yover (llover). Esta tendencia se extiende cada
vez más al resto de las hablas españolas.
§ Articulación relajada de la -d- intervocálica, que llega a desaparecer:
partío (partido). Esta tendencia se ha extendido en los niveles coloquial y
vulgar a otras variedades del español.
§ Articulación relajada de la -ch-, que llega, incluso a
pronunciarse como la /sh/ inglesa: mushasho (‘muchacho’).
§ Confusión de -r y -l en posición final de sílaba: almario
(armario), farda (falda).
§ Articulación relajada de la -s en posición final de sílaba, que llega a convertirse en
una aspiración: ehtorbo (estorno), otroh (otros) e incluso llega a desaparecer:
viru (virus).
§ Tendencia a la aspiración de la h- inicial, que, a veces, ha llevado a
la creación de nuevas palabras con significado diferente: jondo (hondo).
§ Pérdida ocasional de la -r- intervocálica, más frecuente en el nivel
vulgar: paece (parece), quies (quiere).
§ Empleo casi exclusivo de ustedes como tratamiento para la 2ª
persona del plural, tanto de familiaridad como de respeto. La distinción entre uno
y otro tratamiento se aprecia en la forma verbal con la que concuerda este
nombre: ustedes llegáis (familiaridad) / ustedes llegan (respeto).
Dentro
del andaluz hay que diferenciar dos zonas: el área del seseo, que se
extiende por el norte de Huelva y de Sevilla, la mitad sur de Córdoba, el norte
de Málaga, el oeste de Granada y una parte del oeste de Jaén; y el área del ceceo, que comprende
la parte meridional de Andalucía, incluyendo el sur de la provincia de Huelva,
casi toda Sevilla (excepto la capital), toda la provincia de Cádiz, el sur de
Málaga y de Granada y una pequeña región del suroeste de Almería.
También se distinguen la Andalucía oriental (Jaén, norte de Granada y
Almería), donde no se produce aspiración de la h- inicial, frente a la Andalucía occidental (el
resto de las provincias), donde sí se aprecia esta tendencia.
El programa “Habla andaluza” (2009) trata a
fondo el habla en Andalucía, y analiza a partir de la publicación de “La
identidad lingüística de Andalucía”, las características de la forma de hablar
del andaluz, ofreciendo algunas conclusiones que determinan la forma de
expresión andaluza. Se incluyen declaraciones de los catedráticos de Lengua
Española de la Universidad de Sevilla, Rafael Cano y Antonio Narbona, también
coordinador de la publicación:
El extremeño
El castellano se instala en
Extremadura con la conquista y ocupación de esta zona por caballeros leoneses y
castellanos; de ahí que presente algunos de los rasgos del astur-leonés.
Pero este dialecto
meridional también comparte rasgos característicos con la otra variedad con la
que tiene frontera natural: el andaluz. Los rasgos que comparte con el
astur-leonés son más notables en la provincia de Cáceres, mientras que los que
comparte con el andaluz son más generales en la provincia de Badajoz.
Entre sus rasgos
característicos destacan:
§
Conservación del grupo -MB-: lamber (‘lamer’).
§
Transformación de la -d final de sílaba en -l o -r: alvertir (‘advertir’).
§
Cambio de -l por -r en los grupos PL-, CL-, FL- iniciales: prato (‘plato’)-
Comparte con el
dialecto andaluz las siguientes características:
§
Yeísmo: caye (‘calle’)
§
Confusión de -r y -l en final de sílaba: volvel (‘volver’)
§
Pérdida de la -d- intervocálica: casao (‘casado’)
§
Aspiración de la h- inicial: jarto (‘harto’).
Podéis ver este
vídeo donde se muestran las características del extremeño:
El murciano
Durante el siglo XIII, recién
incorporado el reino de Murcia a la corona de Castilla, se instaló allí un buen
número de pobladores aragoneses y catalanes. Cayó después bajo el dominio del
reino de Valencia, que lo ocupó y lo mantuvo hasta el siguiente siglo.
Las consiguientes
repoblaciones, junto con la particular localización de este dialecto, hacen que
se encuentren presentes en él características del castellano, del aragonés, del
andaluz y del valenciano, formando una variedad dialectal bastante peculiar.
Esta variedad se
extiende por Murcia, parte de Alicante, sudeste de Albacete, nordeste de Jaén y
Granada, y norte de Almería.
Las
características más destacadas del murciano son las siguientes:
§ Articulación relajada de las consonantes, hasta el punto de hacerse
imperceptibles muchas veces en posición intervocálica: caeza (‘cabeza’).
§ Aspiración de la -s en posición final de sílaba: ehperanza (‘esperanza’).
§ Confusión de -r y -l en posición final de sílaba: gorpe (‘golpe’).
§ Seseo
§ Yeísmo.
§ Conversión en -ll- de la l- inicial: llampar (‘lampar’).
§ Conservación, en ciertas ocasiones, de los grupos iniciales PL-,
CL-, FL-: flamarada (‘llamarada’).
§ Uso del sufijo diminutivo típico aragonés en -ico: pequeñico, casica.
§ Pérdida de la -d- intervocálica: venío (‘venido’), caía
(‘caída’).
Este vídeo os
muestra algunas particularidades del dialecto murciano:
El canario
El habla de las islas
Canarias recibe grandes influencias del andaluz, pues los primeros pobladores
de las islas, tras su conquista por el reino de Castilla en el siglo XV,
procedían de Sevilla. Parte de las características dialectales del canario, por
tanto, vienen dadas por su tardía incorporación a la corona castellana. Parece
ser que la repoblación de las islas fue dirigida desde Andalucía, por lo que el
fondo de esta variedad lingüística tiene muchos de los rasgos, tanto fonéticos
como léxicos, característicos del andaluz. También se ve la huella de las
hablas de América y la herencia guanche.
Del canario cabe
destacar las siguientes características:
§
Aspiración de la h- inicial: harto (‘harto’).
§
Confusión de -r y -l en final de sílaba: pensal (‘pensar’).
§
Aspiración de -s final de sílaba: máh (‘más’).
§
Yeísmo.
§
Seseo generalizado (nunca ceceo).
§
Empleo casi exclusivo del pronombre ustedes para la 2ª persona del
plural.
§
Pronunciación de la /ch/ casi como /y/: muyayo (‘muchacho’)
§
Tendencia a la aspiración de -r- delante de -n: piehna (‘pierna’).
§
Empleo del pretérito perfecto simple en lugar del perfecto
compuesto: oíste por has oído.
Podéis ver este
vídeo donde se comenta la noticia de la burla en las redes sociales del acento
de un niño canario que apareció en un anuncio de Cola- Cao:
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