miércoles, 7 de febrero de 2018

Variedades dialectales del castellano en España



Hay dos grandes variedades del castellano en España: las variedades septentrionales y las variedades meridionales.

Variedades septentrionales del castellano


Se caracterizan por su tendencia conservadora y su estabilidad fonética. Están próximos al castellano estándar, es decir, el castellano normativo, y se utilizan con bastante homogeneidad en la zona norte y centro peninsular, con un límite impreciso y, en algunos casos variable, que se podía trazar aproximadamente por Salamanca, Ávila, Madrid, Guadalajara, Cuenca y el norte de Albacete. Toledo, Ciudad Real  y Albacete son áreas más innovadoras, de transición entre el norte y el sur, aproximadas, según las zonas, a las hablas meridionales.

Principales rasgos de las variedades septentrionales


§       Diferenciación fónica entre s y z: casa / caza.

§      En algunas zonas, pronunciación interdental de la -d en posición final y de la c en el grupo -ct-: Madriz, pazto.

§     Pronunciación como s- de la x- que precede a una consonante: esperiencia; o en posición intervocálica en el habla descuidada: tasi.

§      Pérdida de la -d- intervocálica en la terminación -ado: aprobao.

§       Extensión del yeísmo: desarroyo.

§        Generalización del leísmo y presencia frecuente del laísmo.

§        Distinción en el uso del pretérito perfecto simple y del pretérito perfecto compuesto.

§      Uso frecuente en el habla descuidada de la 2º persona del singular del pretérito perfecto simple con desinencia -s: vistes por viste.

§      Uso frecuente del infinitivo en lugar del imperativo: Callaros por callaos.

§   Aspiración de la -s implosiva, sobre todo en zonas de Castilla y León: ehque (“es que”).

§        Duplicación de preposiciones: voy a por el pan.

Variedades meridionales del castellano


Son las variedades lingüísticas que surgieron de la diferente asimilación del castellano en cada uno de los territorios de la mitad sur peninsular, que Castilla iba incorporando poco a poco, a sus dominios.

Estas  variedades, nacidas en torno al siglo XVI, proceden, por tanto, del castellano. Son dialectos suyos en sentido estricto. Se caracterizan por su carácter innovador, sobre todo a nivel fónico. Son el andaluz, el extremeño, el murciano y el canario.

El andaluz





Es el dialecto del castellano con mayor número de hablantes. Aunque el castellano llegó a Andalucía en el siglo XIII, no se consolidó su uso hasta el final de la Reconquista (1492), por lo que recibió más influencias del árabe que el castellano normativo.

La gran extensión de territorio en el que se habla este dialecto hace posible que existan grandes diferencias entre unas zonas y otras o que haya territorios con más rasgos dialectales que otros. Las dos áreas principales son el andaluz occidental y el andaluz oriental, con rasgos diferentes a causa de la larga reconquista de estas tierras y de la procedencia diversa de los repobladores (castellanos y leoneses en la primera, murcianos y aragoneses en la segunda). 

Entre los rasgos más sobresalientes de esta variedad lingüística cabe destacar los siguientes:

§         Seseo, es decir, pronunciación de /s/ en lugar de z o c: asertijo (acertijo).

§    Ceceo, consistente en la pronunciación de z donde debería pronunciarse s: zuave (suave).

§        Yeísmo, que supone la pérdida de la distinción entre /ll/ e /y/, pronunciadas siempre como /y/: yover (llover). Esta tendencia se extiende cada vez más al resto de las hablas españolas.



§    Articulación relajada de la -d- intervocálica, que llega a desaparecer: partío (partido). Esta tendencia se ha extendido en los niveles coloquial y vulgar a otras variedades del español.

§    Articulación relajada de la -ch-, que llega, incluso a pronunciarse como la /sh/ inglesa: mushasho (‘muchacho’).

§       Confusión de -r y -l en posición final de sílaba: almario (armario), farda (falda).

§     Articulación relajada de la -s en posición final de sílaba, que llega a convertirse en una aspiración: ehtorbo (estorno), otroh (otros) e incluso llega a desaparecer: viru (virus).

§        Tendencia a la aspiración de la h- inicial, que, a veces, ha llevado a la creación de nuevas palabras con significado diferente: jondo (hondo).

§       Pérdida ocasional de la -r- intervocálica, más frecuente en el nivel vulgar: paece (parece), quies (quiere).

§      Empleo casi exclusivo de ustedes como tratamiento para la 2ª persona del plural, tanto de familiaridad como de respeto. La distinción entre uno y otro tratamiento se aprecia en la forma verbal con la que concuerda este nombre: ustedes llegáis (familiaridad) / ustedes llegan (respeto).


Dentro del andaluz hay que diferenciar dos zonas: el área del seseo, que se extiende por el norte de Huelva y de Sevilla, la mitad sur de Córdoba, el norte de Málaga, el oeste de Granada y una parte del oeste de Jaén; y el área del ceceo, que comprende la parte meridional de Andalucía, incluyendo el sur de la provincia de Huelva, casi toda Sevilla (excepto la capital), toda la provincia de Cádiz, el sur de Málaga y de Granada y una pequeña región del suroeste de Almería.

También se distinguen la Andalucía oriental (Jaén, norte de Granada y Almería), donde no se produce aspiración de la h- inicial, frente a la Andalucía occidental (el resto de las provincias), donde sí se aprecia esta tendencia.


El programa “Habla andaluza” (2009) trata a fondo el habla en Andalucía, y analiza a partir de la publicación de “La identidad lingüística de Andalucía”, las características de la forma de hablar del andaluz, ofreciendo algunas conclusiones que determinan la forma de expresión andaluza. Se incluyen declaraciones de los catedráticos de Lengua Española de la Universidad de Sevilla, Rafael Cano y Antonio Narbona, también coordinador de la publicación:



El extremeño 



El castellano se instala en Extremadura con la conquista y ocupación de esta zona por caballeros leoneses y castellanos; de ahí que presente algunos de los rasgos del astur-leonés.

Pero este dialecto meridional también comparte rasgos característicos con la otra variedad con la que tiene frontera natural: el andaluz. Los rasgos que comparte con el astur-leonés son más notables en la provincia de Cáceres, mientras que los que comparte con el andaluz son más generales en la provincia de Badajoz.

Entre sus rasgos característicos destacan:
§                     Conservación del grupo -MB-: lamber (‘lamer’).
§                     Transformación de la -d final de sílaba en -l o -r: alvertir (‘advertir’).
§                     Cambio de -l por -r en los grupos PL-, CL-, FL- iniciales: prato (‘plato’)-

Comparte con el dialecto andaluz las siguientes características:
§                     Yeísmo: caye (‘calle’)
§                     Confusión de -r y -l en final de sílaba: volvel (‘volver’)
§                     Pérdida de la -d- intervocálica: casao (‘casado’)
§                     Aspiración de la h- inicial: jarto (‘harto’).

Podéis ver este vídeo donde se muestran las características del extremeño:



El murciano 



Durante el siglo XIII, recién incorporado el reino de Murcia a la corona de Castilla, se instaló allí un buen número de pobladores aragoneses y catalanes. Cayó después bajo el dominio del reino de Valencia, que lo ocupó y lo mantuvo hasta el siguiente siglo.

Las consiguientes repoblaciones, junto con la particular localización de este dialecto, hacen que se encuentren presentes en él características del castellano, del aragonés, del andaluz y del valenciano, formando una variedad dialectal bastante peculiar.
Esta variedad se extiende por Murcia, parte de Alicante, sudeste de Albacete, nordeste de Jaén y Granada, y norte de Almería.

Las características más destacadas del murciano son las siguientes:

§     Articulación relajada de las consonantes, hasta el punto de hacerse imperceptibles  muchas veces en posición intervocálica: caeza (‘cabeza’).
§      Aspiración de la -s en posición final de sílaba: ehperanza (‘esperanza’).
§      Confusión de -r y -l en posición final de sílaba: gorpe (‘golpe’).
§       Seseo
§       Yeísmo.
§       Conversión en -ll- de la l- inicial: llampar (‘lampar’).
§  Conservación, en ciertas ocasiones, de los grupos iniciales PL-, CL-, FL-: flamarada (‘llamarada’).
§        Uso del sufijo diminutivo típico aragonés en -ico: pequeñico, casica.
§        Pérdida de la -d- intervocálica: venío (‘venido’), caía (‘caída’).

Este vídeo os muestra algunas particularidades del dialecto murciano:



El canario 



El habla de las islas Canarias recibe grandes influencias del andaluz, pues los primeros pobladores de las islas, tras su conquista por el reino de Castilla en el siglo XV, procedían de Sevilla. Parte de las características dialectales del canario, por tanto, vienen dadas por su tardía incorporación a la corona castellana. Parece ser que la repoblación de las islas fue dirigida desde Andalucía, por lo que el fondo de esta variedad lingüística tiene muchos de los rasgos, tanto fonéticos como léxicos, característicos del andaluz.  También se ve la huella de las hablas de América y la herencia guanche.

Del canario cabe destacar las siguientes características:

§                     Aspiración de la h- inicial: harto (‘harto’).
§                     Confusión de -r y -l en final de sílaba: pensal (‘pensar’).
§                     Aspiración de -s final de sílaba: máh (‘más’).
§                     Yeísmo.
§                     Seseo generalizado (nunca ceceo).
§                     Empleo casi exclusivo del pronombre ustedes para la 2ª persona del plural.
§                     Pronunciación de la /ch/ casi como /y/: muyayo (‘muchacho’)
§                     Tendencia a la aspiración de -r- delante de -n: piehna (‘pierna’).
§                     Empleo del pretérito perfecto simple en lugar del perfecto compuesto: oíste por has oído.

Podéis ver este vídeo donde se comenta la noticia de la burla en las redes sociales del acento de un niño canario que apareció en un anuncio de Cola- Cao:


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